domingo, 15 de julio de 2007

NUESTRA HISTORIA

El 30 de junio de 1986 atendiendo al llamado de Dios nuestro pastor Víctor Manuel Ortíz Cruz llega al barrio Olarte, en la ciudad de Bogotá (Colombia); junto con su amada esposa, Vianney Torres y sus dos pequeños niños; Edinsson Manuel, con la edad de 4 años y Vianney Paola con tan solo 1 mes de nacida.



Los pastores Manuel y Vianney llegan para seguir desarrollando el trabajo que inició nuestro hermano Pedro Jaime Beltrán. Al ser posesionados como pastores en la iglesia del barrio Olarte, reciben una membresía de 40 hermanos aproximadamente y con los pocos que deciden seguir apoyando esta obra continúan hacia delante sin desmayar.


Hay una frase que nos ha impactado y es que “vemos la gloria pero desconocemos su historia”. Por eso debemos decir que el fruto hoy visto por todos ha sido el resultado de un arduo trabajo, de fidelidad a Dios y dependencia al Rey, sin la cual hubiera sido imposible alcanzar todas las promesas que ahora son una realidad.


Después de muchos momentos difíciles en las áreas físicas y económicas, de pruebas duras y situaciones en las que era mejor dejarlo todo; Dios extiende su mano de amor y misericordia para alentar y sostener esta familia esforzada.



Luego de 4 años aproximadamente un milagro grande ocurre, se adquiere la propiedad donde estaba funcionando el templo por medio de donaciones voluntarias y trabajo de actividades (almuerzos, tamales, buñuelos, chorizos. etc.). Durante los siguientes años la iglesia y nuestro Pastor estuvieron apoyando en todo lo que se podía como algunas pequeñas iglesias que estaban naciendo fuera de Bogotá en: Zipaquirá, Girardot, Chocachí, Fusagasuga; y en Bogotá: Bravo Paez, Danubio azul y Sotavento; restaurando otras como Bosa la libertad.


En enero de 1996 nuestro pastor es nombrado como presbítero de algunas iglesias de Cundinamarca, labor que desempeñó por ocho años con resultados muy positivos. La visión de ampliar el templo con la remodelación nació en el año de 2002 y paso a paso Dios ha ido proveyendo los recursos de manera milagrosa, el edificio que hoy día vemos es gracias a Dios y a la colaboración de adultos, Jóvenes y niños que han dado de lo que el Señor les ha suplido.